Señor,
Carme Forcadell, Oriol Junqueras, Jordi Turull, Dolors Bassa, Josep Rull, Raül Romeva, Joaquim Forn, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, todas ellas personas honorables, pacíficas e indiscutiblemente demócratas han sido condenadas a entre 9 y 13 años de prisión por unos delitos que no cometieron. Han sido condenados -después de dos años de una vergonzosa y cruel prisión provisional- por haber defendido el derecho de voto, el derecho a decidir el futuro de todo un pueblo. Con ellos, hoy se condena al pueblo de Cataluña y su derecho a la autodeterminación. La democracia española pierde con esta sentencia del Tribunal Supremo toda su credibilidad.
El Primero de Octubre de 2017 fue un día muy importante para la historia de Cataluña. Más de dos millones de ciudadanos ejercieron su derecho de voto contra la amenaza y la estrategia del miedo y la violencia de un Estado que no supo asumir un desafío democrático en pleno siglo XXI. Ese día se produjo una violencia policial absolutamente impropia de una democracia europea. Y millones de catalanes decidieron que defenderían las urnas y la palabra frente a las agresiones y la amenaza de la fiscalía. Hoy, quien debería recibir sentencia son los agresores de aquella jornada. Quién debería ser condenado es quien ordenó la agresión indiscriminada de ciudadanos de paz que no cometían ningún delito con una papeleta en las manos en los centros de votación.
La defensa de los Derechos Humanos es prioritaria en cualquier Estado de Derecho. No hay ninguna consideración política que justifique pisar los DD. HH., Ni los derechos civiles y políticos de la población. No puede haber ningún principio superior. Ni la unidad de España ni la independencia de Cataluña pueden servir como excusa para vulnerar los derechos de la población ni de sus representantes políticos.
Lejos de resolver el problema y el conflicto entre Cataluña y el Reino de España, la sentencia del Tribunal Supremo empeora la situación y nos aleja de una solución y de una salida que desde Cataluña no hemos dejado de perseguir. Hemos estado siempre dispuestos a hablar y dialogar sobre este conflicto político que hay que resolver, hoy más que nunca, políticamente. Es por ello, teniendo en cuenta la gravedad de la situación, que le pido una reunión urgente para encarar el conflicto como lo hacen las democracias: hablando y dando la voz a la ciudadanía.
También os adjunto la declaración institucional leída hoy en el Palau de la Generalitat como reacción a la sentencia para su conocimiento de primera mano.
Quedo a la espera de su respuesta.
Atentamente,
Quim Torra i Pla
Presidente de la Generalidad de Cataluña
Barcelona, a 14 de octubre de 2019
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